viernes, 3 de septiembre de 2010


Ciudad del Vaticano- El Papa Benedicto XVI afirmó que la experiencia enseña que el mundo sin Dios se convierte en un "infierno", en su mensaje para la XXVI Jornada Mundial de la Juventud, que tendrá lugar en Madrid en agosto de 2011.

En el texto, difundido este viernes por el Vaticano, el Papa dijo que la estabilidad y el puesto de trabajo "fijo" son "importantes", pero "desear algo más que la cotidianidad regular de un empleo seguro y sentir el anhelo de lo que es realmente grande forma parte del ser joven".

Benedicto XVI advirtió que existe "una fuerte corriente de pensamiento laicista que quiere apartar a Dios de la vida de las personas y la sociedad, planteando e intentando crear un "paraíso sin él".

"Pero la experiencia enseña que el mundo sin Dios se convierte en un infierno, donde prevalecen el egoísmo, las divisiones en las familias, el odio entre las personas y los pueblos, la falta de amor, alegría y esperanza", añadió.

"En cambio, cuando las personas y los pueblos acogen la presencia de Dios, le adoran en verdad y escuchan su voz, se construye concretamente la civilización del amor, donde cada uno es respetado en su dignidad y crece la comunión, con los frutos que esto conlleva", dijo.

Insistió en que "hay cristianos que se dejan seducir por el modo de pensar laicista, o son atraídos por corrientes religiosas que les alejan de la fe en Jesucristo".

"Otros, sin dejarse seducir por ellas, sencillamente han dejado que se enfriara su fe, con las inevitables consecuencias negativas en el plano moral".

Reiteró que la cultura actual, en algunas partes del mundo, sobre todo en Occidente, tiende a excluir a Dios, o a considerar la fe como un hecho privado, sin ninguna relevancia en la vida social.

"Aunque el conjunto de los valores, que son el fundamento de la sociedad, provenga del Evangelio –como el sentido de la dignidad de la persona, de la solidaridad, del trabajo y de la familia–, se constata una especie de eclipse de Dios", anotó.

El Papa dijo que se vive "una cierta amnesia, más aun, un verdadero rechazo del cristianismo y una negación del tesoro de la fe recibida, con el riesgo de perder aquello que más profundamente nos caracteriza".

"Por este motivo, queridos amigos, los invito a intensificar su camino de fe en Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo. Ustedes son el futuro de la sociedad y de la Iglesia. Como escribía el apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Colosas, es vital tener raíces y bases sólidas", anotó.

Según Benedicto XVI, "el relativismo que se ha difundido, y para el que todo da lo mismo y no existe ninguna verdad, ni un punto de referencia absoluto, no genera verdadera libertad, sino inestabilidad, desconcierto y un conformismo con las modas del momento".

Por otra parte, el Papa destacó que aunque la cuestión del empleo y de tener un porvenir asegurado "es un problema grande y apremiante", al mismo tiempo la juventud sigue siendo la edad en la que se busca una vida "más grande".

"Al pensar en mis años de entonces, sencillamente, no queríamos perdernos en la mediocridad de la vida aburguesada. Queríamos lo que era grande, nuevo. Queríamos encontrar la vida misma en su inmensidad y belleza", dijo.

"Ciertamente, eso dependía también de nuestra situación. Durante la dictadura nacionalsocialista y la guerra, estuvimos, por así decir, encerrados por el poder dominante. Por ello, queríamos salir para entrar en la abundancia de las posibilidades del ser hombre", señaló.

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